Cada vez que visito algún restaurante, me pregunto si es que después de aprender reglas básicas del servicio me he vuelto muy exigente, o si realmente el servicio cada día es peor.
Ayer noche cené en Positano, un lugar bastante lindo, pero desde que nos bajamos del carro empezaron los problemas.
El parquero se encontraba muy ocupado charlando por su celular por lo que tuvimos que esperar a que terminara de hacerlo para que tomara las llaves del vehículo. Una vez dentro del local no se encontraba nadie quien nos hiciera pasar. Al fin nos sentamos, el mobiliario es cómodo, las mesas si están un poco pegadas, pero digamos que es parte del ambiente. Un detalle que me parece espantoso es conseguir errores ortográficos en la carta, y en la de este lugar conseguí varios. la comida estaba muy sabrosa, pedí unos ravioles de queso de cabra en salsa napolitana y a la final me trajeron los ravioles en salsa napolitana, pero no eran de queso sino de hongos que era el otro plato de ravioles que había en menú. El postre fue una creme brule, nada del otro mundo.
En fin, la comida estuvo bastante bien, de lo único que me puedo quejar es de los mesoneros que no tenían ni la menor idea de lo que es un servicio. A la hora de la cuenta esperamos mas de 20 minutos para que vinieran por ella y al salir de nuevo el super eficiente parquero que al parecer no conseguía el carro.
1 comentario:
El servicio es la gran oportunidad; no solamente de los negocios gastronomicos sino de cualquier negocio en Caracas.
Estoy seguro que el negocio que se enfoque en superar las expectativas del cliente en servicio tendra el mayor de los exitos en Caracas.
Lo vivi y estoy seguro no exageras en tu critica.
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